domingo, 8 de abril de 2012

Entrañas

Ya empiezo a notar al bebé. No sé si son cabezazos, culetazos, patadas o puñetazos, pero se hace notar cuando se despierta. Sentirlo es indescriptible, es una sensación que trasciende el vientre y se mete en las entrañas, son como recordatorios de que tienes que querer cada día más a ese ser incluso antes de verlo, de tocarlo, de besarlo. Tienes que imaginarlo, planear tu vida con él, soñarlo. 

Y esperar. Y sufrir por él. Y desear que pasen los días, las semanas y los meses para saber realmente qué es ser madre, más allá de lo que te cuentan. 

Realmente esta maternidad es tan diferente a la adoptiva? La incertidumbre, el miedo, la ilusión, el hecho de soñar e imaginar al hijo ideal, no deben ser tan distintos, no?